jueves, 4 de agosto de 2011

Mojito fúnebre

Ahora comprendo lo que dice Manuel después de una fiesta, se sabe que " posterior a una rasca, el dolor en la cabeza es insoportable y solo se cura con otra gota de alcohol o un caldo de pollo”. Debo hacerle caso de vez en cuando...
Buscare algo de tomar para volver a estar sobrio !cuanta sed tengo! y lo peor del asunto es no recordar haber consumido una exagerable cantidad para tener este dolor de cabeza. Siempre me han fastidiado esos consomés de los restaurantes ejecutivos e incluso el de mi propia madre, por eso, me abstengo del pollo y el pescado en la sopa.

Vasta de hablar sólo, ni siquiera sé donde estoy, parece un bar !si, si lo es! Esas luces de neón, son asquerosamente coloridas que ni si quiera las puedo ver. ! Que agradable música, pam para pam para pam para! es salsa, tiene que ser Willie colón y la canción que suena la conozco hmmm ... se llama "El Gran Varón". Me agrada este lugar, menos su decoración.


- Oye guapo, ¿Qué haces ahí tirado en el suelo'? (mujer alegre)
- No lo sé, supongo que amanecí acá...
- No lo creo, cerramos temprano ayer, por eso del accidente...
- ¿Cuál accidente?
- No nos permiten hablar de eso, además no es ningún secreto, todos los que vinieron a Boricua ayer salieron asustados, es probable que no regresen por estos lados.
- Parece que soy el único aquí
- Es así guapo ¿Quieres diversión esta noche?, anda no seas tímido.
- Ni siquiera puedo con mi cabeza, mejor dígame ¿Dónde puedo encontrar algo de beber?
- Al fondo, cerca a la rock ola, encontrará la barra.
- Gracias señorita
- Tu te lo pierdes cariño

Esa mujer tiene una apariencia masculina, es algo gracioso... iré a la barra, me urge quitarme este dolor, a duras penas puedo caminar.

- Buenas tardes caballero, ¿Que desea? (cantinero)
- Un mojito por favor, ¿Si venden?
- Me extraña señor, es nuestra especialidad ¿Lo quiere con gotitas de angostura?
- Usted si es un buen cantinero, parece que me conociera desde hace tiempo
- Es que es verdad, yo lo conozco hace tiempo...
- jajajajajajaja hasta buen bromista es
- No crea, uno conoce mucha gente en este oficio
- Mejor cuénteme ¿cómo llegue aquí?
- Señor usted acabo de llegar aquí y también estuvo
- Explíqueme bien que no le entiendo !Que calor hace!
- No tenemos aire acondicionado bajo el suelo, tiene usted toda la razón
- Pero aún no se explica...
- Es usted un gran bailarín, que buenos pasos da al ritmo de salsa
- Gracias, que amable, siento vergüenza con usted
- ¿por qué lo dice?
- Lidiar con borrachos debe ser un caos y más cuando se quedan dormidos en estos establecimientos. En realidad me siento apenado.
- No tenga cuidado, usted no está enguayabado. Es más, es el primer trago que se toma desde el accidente. ! Valla totazo!
- Si no estoy enguayabado entonces ¿porque tengo dolor de cabeza? y ese accidente del que hablan tanto…
- ¿El de ayer? me sorprende que no lo recuerde...
- No, ni siquiera puedo recordar que pasó
- No acostumbro ayudar gente como usted pero hare una excepción... ¿Puede ver la marca en el suelo, esa pequeña grieta en la madera?
- ¿La que están reparando esos dos tipos?
- si, la misma
- ¿Que hay con eso?
- Usted calló de espaldas, justo en ese lugar !tremendo golpe se ha llevado en la cabeza! ¿No le dolió?
- no y creo que me acordaría
- Perdóneme señor pero usted no puede tener recuerdos en este lugar...
- Debe ser la amnesia de aquel golpe
Pero cuénteme ¿Cómo tuve ese accidente?
- Claro, baila usted a un ritmo descomunal y con el piso mojado era de esperarse
- Quisiera recordar, tengo la cabeza como caliente...
- Obviamente la tiene caliente, tóquese con la mano derecha por detrás.
- ! Que es esto! !sangre!
- Y le diría que demasiada
- Mejor me iré a un hospital
-! No podrá!
- ¿Porqué? solo es cruzar unas cuantas cuadras
- jajaja Ahora usted es el gracioso, amigo
- No lo creo, no es un momento para bromear !me estoy muriendo!
- Relájese, Usted ya está muerto, por eso tiene tanta sed
- ¿Y el calor?
- Esta en el infierno…
- ¿Y usted es?
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miércoles, 3 de agosto de 2011

Amor entre zapatos

Ella no tenía nada que perder, frente a sus narices estaba el vacio, decidida arrojó un zapato desde la azotea. Él caminaba por la calle, cerca al edificio, derrepente, le cayó un zapato en la cabeza, adolorido miro hacia arriba, la vió a Ella, próxima arrojarse...

Se asusto, no deseaba que otra cosa callera del cielo, mucho menos una persona, encontro la puerta de la edificación y subio rápidamente hasta el piso 23. Las escalas eran cortas para su paso de atleta y pronto vislumbro la terraza.

La lamó, pero ella no le contestó, le habló nuevamente, como una madre a su hijo, tan sagaz la hizo dudar y finalmente la convenció. Bajarón juntos los escalones, ella lloraba y apretaba la mano del hombre, sus piernas aun le temblaban.

Él la invitó a un café, hablarón durante quince minutos, Ella se tranquilizó, lo observo con ojos distintos, intento besar al hombre sin prevenir consecuencia alguna.
Él la rechazó y salió corriendo de la cafetería, un susto mayor se apodero de su cuerpo, sus piernas respondierón inmediatamente, odiaba el amor, era un hombre solitario.

Ella lloró un rato, nadie advirtio su presencia, la ignoraron. Para la gente del lugar no era extraño su llanto, saben quienes y como entran las personas al café bar La 45, la vieron llorando cuando ingreso. evitaron preguntar por su nombre.

Salió de allí y corrió al viejo edificio, esta vez tomó el ascensor, estaba cansada, tenía prisa. Dirigió sus pies a la orilla de la azotea y dejo caer un zapato.







Payaso de circo

Aquel hombre enseñò a reìr a niños, adultos y alguno que otro animal. Entre Maquillaje, zapatos chillones, cabello ensortijado y nariz roja habìa logrado alimentar la alegrìa de muchos. Aplausos, risas y adulaciones alimentaron su ego. Pero nunca, aún en su trabajo bajo la carpa grande, consiguio engañar al hombre bala.